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esto ha probado con él, si le perdona este mal fecho, non será
homne seguro de su traición.» Et en esto ensañóse el león et envió
uno dellos por mandadero al lobo cerval que le preguntase como se
salvaría o cómo se escusaría. Et tornóse el mandadero, e mudó el
mandado, por que se hubo de ensañar el león, et mandó matar al
lobo cerval.
Et ficieron lo saber a la madre del león, et sopo que era
mesclado a tuerto, e que lo mandara matar apresuradamente. Et
envió mandar a aquellos a quien el león lo mandara matar, que lo
retoviesen fasta que ella se viese con el león; e feciéronlo así. Et
ella fuese a ver con su fijo et díjole: «¿Por cuál pecado mandaste
matar al lobo cerval?» Et él díjole el fecho todo. Et ella díjole:
«Hijo, apresurástete, et el homne entendido non se estuerce de se
arrepentir, si non dando se a vagar e dejar de facer sus cosas
rabinosamente. Et el fruto de la priesa es arrepentimiento; et a
ninguno non es de menester ser más maduro en sus fechos que el
rey, cuanto más en los salvos e en los leales vasallos; ca así como la
muger non es si non por el marido, nin los fijos si non por los
padres, nin el disciplo si non por el maestro, nin los vasallos si non
por el duque, nin el religioso si non por la ley, nin el pueblo si non
por el rey, nin los reyes non son si non por el temor de Dios, nin el
temor de Dios si non en ser el homne pacífico e cierto de la cosa. Et
el mejor, acuerdo de los reyes es en conoscer sus vasallos e poner a
cada uno en su lugar e en su talle, et sospechar a unos por otros; ca
ellos siempre punan en se aterrar unos a otros e en mostrar e
descobrir el mal de los malfechores e encubrir el bien de los
buenos. Et non debes tú, fijo, pues fueste pagado del lobo cerval e
te fiaste por él, e non te erró fasta el día de hoy, nin viste dél si non
fieldat e lealtad, e diciendo tú dél en medio de tu corte grant bien, e
facer le esto por un cuarto de carne que non vale nada.
«E fijo, debes saber su facienda del lobo cerval, et pensar en ti
mesmo e decir cómo puede esto ser, ca él non come carne nin se
llega a ella, tiempo ha pasado. Et así entenderás que non le darías tú
la carne e negar te la hía; pues piensa en esto, e sepas que los necios
han envidia a los sabios sofridos, e los aliviados a los sosegados, et
entremétense cuando pueden a los traer a mal lugar. Et el lobo
cerval es sabio e leal e verdadero, por que debes ser cierto de su
fecho e parar mientes como los falsos lo acusan a tuerto, e llevaron
la carne a su casa. Et por ende non tornes cabeza por lo que ellos
dicen e por lo que le aponen; ca la privanza del lobo cerval en grant
pro se te tornará, et era pagado de cuanto mal rescebía por recebir
tú grant placer, e sofría por tu pro lacerio e afán, et tal serviente
como él bueno es.»
Et en fablando la madre del león con él, e en castigándolo, llegó
uno que sabía de como el lobo cerval era salvo e que era acusado a
tuerto, et díjolo así al león. Et en esto entendió el león e fue bien
cierto que el lobo cerval era salvo de cuanto le apusieran. Et
entonce dijo la madre del león: «Ya eres bien cierto desto e lo vees
manifiestamente; pues non perdones aquellos que lo acusaron, ca
eso te traería otro mayor daño, mas justicialos. E non te enfiuces en
decir: «Poder he sobre ellos»; ca las yerbas flacas, maguer fortaleza
non han, facen dellas sogas con que atan e cuelgan el elefante.
«Et tú torna el lobo cerval en su estado e en su dignidad que se
había de ser, en todas tus poridades. E en tu corazón non digas: «Yo
lo he fecho mal, e non puedo ser seguro de su mala voluntad, si lo
yo tornare en su oficio; ca non se debe homne temer de
malquerencia de todos aquellos a quien mal face de una guisa, nin
debe ser desesperado de su ayuda nin de su seso; mas el que
conosce las cosas pone a cada una en su lugar.
«Et algunos homnes hay con quien homne non debe haber amor
después que ha con ellos enemistad e otros que non debe homne
haber con ellos enemistad después que ha con ellos amor. Et los
homnes con que non debe homne ser en amor en ninguna manera
son éstos: el que desconosce el bien fecho, et el que es atrevido a
facer traición, et el que desdeña el bien, e el cruel, e el descreído
que descree el otro siglo, et el avariento, e el lujurioso, e el sañudo
mucho que nunca puede homne haber su gracia, et el conoscido por
engañoso e por falso e por cobdicioso, et el negligente que finca por
él de facer toda cosa, et el que pasa más de lo que conviene a él en
toda cosa. Antes debe homne haber amor del que es conoscido por
verdadero e gracioso e leal, et que ama más las buenas obras e que
se teme de pecado, et que ama al pueblo e que les apiada, e non
tiene a ninguno mala voluntad, et que agradesce el bien quel face,
et que se miembra siempre de sus amigos e es siempre vergonzoso
e de buena parte. Et tú has probado al lobo cerval, e conosces lo,
por que lo debes tornar a tu amor.»
Estonces fizo el león llamar al lobo cerval, e oyólo e rescibióle
sus escusas, et dijo le: «Yo te torno a tu dignidat e a tu oficio que
tenías de mí, e fiaré por ti así como ante fiaba, e poner te he en
mejor estado; ca en poner amor con homne leal que profaza a su
amigo de alguna cosa que es a pro dél es muy grant cosa.» Dijo el
lobo cerval: «Señor bien aventurado, tú sabes cómo fue el
comienzo de mi facienda e el estado en que yo te comencé a servir.
Et só ya llegado a esto e non me seguro de los que te sirven, que me
acusen e me hayan envidia, por que hayan de mesclarme contigo
otra vez, e habrás tú de creer lo que te dijeren de mí, et justiciar me
has. Onde non quiero que tengas que yo fío por ninguno de cuantos
en tu servicio son; ca maguer me tornes en mi estado después que
me quesiste matar, seyendo leal e verdadero e non fallando por qué,
desí fecisteme merced en me perdonar por que non había culpa,
temo me que cuidarás en tu corazón que te tengo voluntad mala por
lo que me feciste, et esto te fará que me mates. Et demás que los
enemigos dirán: «Non dejemos así este pleito. Pues que non
podemos matar a éste, fagamos arte por quel rey non tenga que
cuanto dél dejimos que fue mentira.» Et así me echarán en mal
lugar. Mas, señor, si tu corazón tornase a lo que era antes contra mí,
tal te sería yo como era antes.»
Et dijo el león: «Probado te he, e téngote en el mejor estado que
sea de los santos e de los justos; ca el homne justo perdona muchos
pecados por una merced; que te yo he fecho mal, et sé de cierto que
tus enemigos te han fecho tuerto. Et tú debes me perdonar este
pecado por el bien que te fice ante, así que seamos amigos de aquí
adelante uno de otro, de más firme amor e de más leal consejo que
nunca fuemos.» Desí mandó tornar al lobo a su estado e en su
dignidat que ante había et al oficio en que era puesto, et cobró su
lugar e cobró el león cuanto quiso. Et abajó el león a aquellos que
lo acusaran, et echó los de su tierra, e alongó los. Este es el ejemplo
de lo que acontesce a los reyes e a sus privados, e de como los
tornan en sus lugares desque los castigan.»
Capítulo XV
Del orebce e del simio e del castigo e de la culebra e del religioso
Dijo el rey al filósofo: ¿Ya oí este ejemplo; pues dame agora
ejemplo del que gradesce el bien fecho e lo galardona, e del que lo
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